El conflicto entre Rusia y Ucrania continúa intensificándose y los recientes ataques violentos de Rusia contra instalaciones energéticas ucranianas han vuelto a despertar gran preocupación en la comunidad internacional. En una conferencia de prensa antes de asistir a la cumbre del G20, el presidente francés, Emmanuel Macron, acusó directamente al presidente ruso, Vladimir Putin, de no tener ninguna intención de paz y de no estar dispuesto a entablar ninguna negociación. Estas declaraciones no sólo revelaron la tensión actual entre Rusia y Ucrania, sino que también demostraron la postura unánime de los países occidentales sobre sus políticas hacia Rusia.
Ciberataques energéticos: la última escalada de la guerra
En los últimos días, Rusia ha lanzado uno de sus ataques más violentos contra las redes energéticas de Ucrania desde que comenzó el conflicto. Según los informes, el ataque mató al menos a 10 personas e hirió a otras 20, además de causar graves daños a la frágil infraestructura energética de Ucrania. El gobierno ucraniano se vio obligado a anunciar restricciones eléctricas a nivel nacional, lo que supuso un duro golpe para el pueblo ucraniano que estaba pasando por un frío invierno.
El presidente francés Macron condenó enérgicamente el incidente. Señaló que las acciones de Rusia tenían claramente la intención de intensificar aún más los combates y llevar la situación en una dirección más peligrosa. En la conferencia de prensa afirmó sin rodeos: "No importa lo que diga Putin, sus acciones reales muestran que no quiere la paz ni tiene la intención de negociar".
La posición de Francia: firme apoyo a Ucrania
Ante la continua ofensiva de Rusia, Macron reiteró el firme apoyo de Francia a Ucrania. Dijo que los aliados occidentales deben proporcionar a Ucrania las armas y el equipo necesarios para ayudarla a resistir la agresión. Destacó que ayudar a Ucrania no es sólo el cumplimiento de los compromisos con el país, sino también una medida necesaria para mantener el orden internacional.
Macron afirmó además que la comunidad internacional debe comprometerse a promover una paz "que no esté condicionada a la rendición de Ucrania". Esto es en lo que Francia y sus aliados tendrán que trabajar en las próximas semanas. Su declaración refleja la estrategia a largo plazo de los países occidentales hacia el conflicto ruso-ucraniano, que consiste en apoyar la resistencia ucraniana sin renunciar a la posibilidad de lograr una paz sostenible mediante la negociación.
Reacción internacional: condena unánime a Rusia
Además de Francia, la Unión Europea, con sede en Bruselas, también respondió rápidamente al ataque ruso. La presidenta de la Comisión Europea, von der Leyen, dijo que la UE seguirá apoyando plenamente a Ucrania y afrontará el comportamiento agresivo de Rusia. Calificó el ataque a las instalaciones energéticas como una "terrible atrocidad" y reiteró que Ucrania podría contar con el apoyo de la UE.
Mientras tanto, el primer ministro británico, Keir Starmer, dejó claro de camino a la cumbre del G20 que no tenía "ninguna intención de hablar con Putin" y pidió a la comunidad internacional que aumentara la ayuda a Ucrania. El secretario general de las Naciones Unidas, Guterres, condenó las acciones de Rusia como "ataques inaceptables" y pidió el fin inmediato de los ataques contra objetivos civiles.